FELICIDAD

FELICIDAD
Y fue en aquel momento cuando empecé a pensar en thomas jefferson, y en la declaración de independencia. En aquella parte que habla del derecho a la vida, la libertad, y la busca de la felicidad. Y recuerdo que pensé... ¿Cómo supo el, que debía poner eso de la búsqueda? ¿Es que acaso la felicidad es algo que, solo podemos buscar, y que en realidad jamás podremos lograr, pase lo que pase? ¿Cómo lo supo?

Seguridad interior, crea bienestar exterior.

Bueno, se acercan las navidades! Vacaciones! y la verdad es que ya todo esta suficientemente bien! Instituto bien, con mi pequeñaja que no deja de echarme de menos, conociendo a nuevas personas, unas muy buenas personitas, unas muy buenas tardes con estos que son mis amigos.

Estabilidad emocional, eso es lo que toca ahora. Y si, yo soy bastante propicio a esa inestabilidad emocional, pero me atrevo a decir que lo era, porque, como en todos y cada uno de los mundos, hay problemas, por prácticamente todo, y lo más importantes son con otras personas, pero eso es porque estamos intentando algo, intentando combatir las ganas de echar de menos a alguien a quien queremos, intentamos establecer un punto de equilibrio, cuando dos mundos están dispuestos a compartir todas esas sensaciones... pero, cuando nos hundimos en los problemas, nos olvidamos de muchas cosas.

Levántate, mírate al espejo, ¿te gusta, a quien tienes? como eres, como están las cosas, lo que en realidad quieres, ¿estás yendo a por ello?. No digo que siempre vaya todo como la seda, que todo esté bien, pero yo no me conformaría con muchos "no".

Siempre he creído que si trabajas, los resultados vendrán solos. No hago las cosas a medias, porque sé que si lo hago entonces solo puedo esperar tener resultados a medias.


Todo lo que tenemos construido, es por las consecuencias, buenas o malas, de todas nuestras decisiones. Podemos hacernos una idea de como somos, de esta forma.



Estás fuera. Estamos fuera.

Bueno recuerdo que cuando empecé a escribir aquí fue uno de los temas que mas me gustan, las personas.

No sé porque tengo especial cuidado en ellas. Quiero saber perfectamente quien esta a mi derecha y quien a mi izquierda. Y he de decir que me gusta mucho conocer a las personas, a cada mundo, pero también hay algo que no me gusta, y es ver como las personas se mienten, intentando creer no saber diferenciar entre lo bueno y lo malo, que existe una sutil diferencia entre lo bueno para una persona y lo bueno en general.

Consecuencias. ¿Alguna vez has pensado en el significado de esa palabra? ¿alguna vez lo hemos pensado?
Lo que ocurre es que jugamos una partida de billar. Tan solo queda la bola negra sobre la mesa, y la gran mayoría de las personas jugarían, con afán de meter la bola, donde deben. Muy pocos piensan, o tiran sabiendo, que su tiro tendrá una consecuencia, y el próximo jugador también lanzará.

Algo falla.

No tienes ni idea de que puede ser, pero sabes que algo no esta del todo bien. Que te preguntas, porque pasas determinadas cosas, y lo más jodido porque se tiene que poner de acuerdo en pasar todas juntas; y si eso no es suficiente también la sensaciones te ayudan.

El Circulo del Noventa y nueve.


Había una vez un rey muy triste que tenía un sirviente, llamado Hasán, que como todo sirviente de rey triste, era muy feliz. Todas las mañanas llegaba a traer el desayuno y despertaba al rey cantando y tarareando alegres canciones de juglares. Una sonrisa se dibujaba en su distendida cara y su actitud para con la vida era siempre serena y alegre. 


Un día el rey lo mandó a llamar. 
-Hasán -le dijo- ¿cuál es el secreto? 
-¿Qué secreto, Majestad? 
-¿Cuál es el secreto de tu alegría? 
-¡No hay ningún secreto, Alteza! 
-No me mientas, Hasán. He mandado a cortar cabezas por ofensas menores que una mentira. 
-No le miento, Alteza, no guardo ningún secreto. 
-¿Por qué está siempre alegre y feliz? ¿Por qué? 


-Majestad, no tengo razones para estar triste. Su Alteza me honra permitiéndome atenderlo. 


Tengo mi esposa y mis hijos viviendo en la casa que la Corte nos ha asignado, somos vestidos y alimentados y además su Alteza me premia de vez en cuando con algunas monedas para darnos algunos gustos, ¿cómo no estar feliz? 


-Si no me dices ya mismo el secreto, te haré decapitar -dijo el rey-. ¡¡¡¡Nadie puede ser feliz por esas razones que has dado!!!! 
-Pero, Majestad, no hay secreto. Nada me gustaría más que complacerlo, pero no hay nada que yo esté ocultando... 
-Vete, ¡vete antes de que llame al verdugo! 


El sirviente sonrió, hizo una reverencia y salió de la habitación. 
El rey estaba como loco. No consiguió explicarse cómo el paje estaba feliz viviendo de prestado, usando ropa usada y alimentándose de las sobras de los cortesanos. 
Cuando se calmó, llamó al más sabio de sus asesores y le contó su conversación de la mañana. 


-¿Por qué él es feliz? 
-Ah, Majestad, lo que sucede es que él está fuera del círculo.. 
-¿Fuera del círculo? 
-Así es. 
-¿Y eso es lo que lo hace feliz? 
-No Majestad, eso es lo que no lo hace infeliz. 
-A ver si entiendo, estar en el círculo te hace infeliz. 
-Así es. 
-¿Y cómo salió? 
-Nunca entró. 
-¿Qué círculo es ese? 
-El círculo del 99. 
-Verdaderamente, no te entiendo nada. 
-La única manera para que entendieras, sería mostrártelo en los hechos. 
-¿Cómo? 
-Haciendo entrar a tu sirviente en el círculo. 
-¡Eso, obliguémoslo a entrar! 
-No, Alteza, nadie puede obligar a nadie a entrar en el círculo. 
-Entonces habrá que engañarlo. 
-No hace falta, Su Majestad. Si le damos la oportunidad, él entrará solito... solito. 
-¿Pero él no se dará cuenta de que eso es su infelicidad? 
-Si se dará cuenta. 
-Entonces no entrará. 
-No lo podrá evitar. 
-¿Dices que él se dará cuenta de la infelicidad que le causará entrar en ese ridículo círculo, y de todos modos entrará en él y no podrá salir? 
-Tal cual. Majestad, ¿estás dispuesto a perder un excelente sirviente para poder entender la estructura del círculo? 
-Sí. 
-Bien, esta noche te pasaré a buscar. Debes tener preparada una bolsa de cuero con 99 monedas de oro, ni una más ni una menos. ¡99! 
-¿Qué más? ¿Llevo los guardias por si acaso? 
-Nada más que la bolsa de cuero. Majestad, hasta la noche. 
-Hasta la noche. 


Así fue. Esa noche, el sabio pasó a buscar al rey. 


Juntos se escurrieron hasta los patios del palacio y se ocultaron junto a la casa del Hasán. Allí esperaron el alba. 


Cuando dentro de la casa se encendió la primera vela, el hombre sabio agarró la bolsa y le pinchó un papel que decía: "Este tesoro es tuyo. Es el premio por ser un buen hombre. Disfrútalo y no cuentes a nadie cómo lo encontraste." 


Luego ató la bolsa con el papel en la puerta del sirviente, golpeó y volvió a esconderse. 


Cuando Hasán salió, el sabio y el rey espiaban desde atrás de unas matas lo que sucedía. 


El sirviente vio la bolsa, leyó el papel, agitó la bolsa y al escuchar el sonido metálico se estremeció, apretó la bolsa contra el pecho, miró hacia todos lados de la puerta, y se arrimaron a la ventana para ver la escena. 


El sirviente había tirado todo lo que había sobre la mesa y dejado sólo la vela. Se había sentado y había vaciado el contenido de la bolsa sobre la mesa. Sus ojos no podían creer lo que veían, ¡Era una montaña de monedas de oro! El, que nunca había tocado una de estas monedas, tenia hoy una montaña de ellas para él. 


El sirviente las tocaba y amontonaba, las acariciaba y hacía brillar la luz de la vela sobre ellas. Las juntaba y desparramaba, hacía pilas de monedas. 


Así, jugando y jugando empezó a hacer pilas de 10 monedas. 


Una pila de diez, dos pilas de diez, tres pilas, cuatro, cinco, seis.... y mientras sumaba 10, 20,30, 40, 50, 60....hasta que formó la última pila: 9 monedas !!! 


Su mirada recorrió la mesa primero, buscando una moneda más. Luego el piso y finalmente la bolsa. 


"No puede ser", pensó. Puso la última pila al lado de las otras y confirmó que era más baja. 


-¡¡Me la robaron -gimió- me la robaron!! 


Una vez más buscó en la mesa, en el piso, en la bolsa, en sus ropas, vació sus bolsillos, corrió los muebles, pero no encontró lo que buscaba. Sobre la mesa, como burlándose de él, una montañita resplandeciente le recordaba que había 99 monedas de oro, "sólo 99". 


"99 monedas. Es mucho dinero", pensó. Pero me falta una moneda. Noventa y nueve no es un número completo -pensaba- Cien es un número completo, pero noventa y nueve no. 


El rey y su asesor miraban por la ventana. La cara del sirviente ya no era la misma, estaba con el ceño fruncido y los rasgos tiesos, los ojos se habían vuelto pequeños y arrugados y la boca mostraba un horrible rictus, por el que se asomaban los dientes. 


El sirviente guardó las monedas en la bolsa y mirando para todos lados para ver si alguien de la casa lo veía, escondió la bolsa entre la leña. Luego tomó papel y pluma y se sentó a hacer cálculos. ¿Cuánto tiempo tendría que ahorrar el sirviente para comprar su moneda número cien? 


Todo el tiempo hablaba solo, en voz alta. Estaba dispuesto a trabajar duro hasta conseguirla. Después quizás no necesitara trabajar más. 


Con cien monedas de oro, un hombre puede dejar de trabajar. Con cien monedas de oro un hombre es rico. Con cien monedas se puede vivir tranquilo. Sacó el cálculo. Si trabajaba y ahorraba su salario y algún dinero extra que recibía, en once o doce años juntaría lo necesario. 


"Doce años es mucho tiempo", pensó. 


Quizás pudiera pedirle a su esposa que buscara trabajo en el pueblo por un tiempo. Y él mismo, después de todo, él terminaba su tarea en palacio a las cinco de la tarde, podría trabajar hasta la noche y recibir alguna paga extra por ello. 


Sacó las cuentas: sumando su trabajo en el pueblo y el de su esposa, en siete años reuniría el dinero. 


Era demasiado tiempo!!! 


Quizás pudiera llevar al pueblo lo que quedaba de comidas todas las noches y venderlo por unas monedas. De hecho, cuanto menos comieran, más comida habría para vender.... 


Vender.... 
Vender.... 


Estaba haciendo calor. ¿Para qué tanta ropa de invierno? ¿Para qué más de un par de zapatos? Era un sacrificio, pero en cuatro años de sacrificios llegaría a su moneda cien. 


El rey y el sabio, volvieron al palacio. 
El sirviente había entrado en el círculo del 99... 


Durante los siguientes meses, Hasán siguió sus planes tal como se le ocurrieron aquella noche. 


Una mañana, el sirviente entró a la alcoba real golpeando las puertas, refunfuñando de pocas pulgas. 
-¿Hasán, qué te pasa?- preguntó el rey de buen modo. 
-Nada me pasa, nada me pasa. 
-Antes, no hace mucho, reías y cantabas todo el tiempo. 
-Hago mi trabajo, ¿no? ¿Qué querría su Alteza, que fuera su bufón y su juglar también? 


No pasó mucho tiempo antes de que el rey despidiera al sirviente. No era agradable tener un paje que estuviera siempre de mal humor. 




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Vos y yo y todos nosotros hemos sido educados en esta estúpida ideología: Siempre nos falta algo para estar completos, y sólo completos se puede gozar de lo que se tiene. 


Por lo tanto, nos enseñaron que la felicidad deberá esperar a completar lo que falta.... 


Y como siempre nos falta algo, la idea retoma el comienzo y nunca podemos gozar de la vida. 


Pero que pasaría si la iluminación llegara a nuestras vidas y nos diéramos cuenta, así, de golpe, que nuestras 99 monedas son el cien por ciento del tesoro, que no nos falta nada, que nadie se quedó con lo nuestro, que nada tiene de más redondo cien que noventa y nueve, que todo es sólo una trampa, una zanahoria puesta frente a nosotros para que seamos estúpidos, para que tiremos del carro, cansados, malhumorados, infelices o resignados. 


Una trampa para que nunca dejemos de empujar y que todo siga igual... eternamente igual! 


¡Cuántas cosas cambiarían si pudiéramos disfrutar de nuestros tesoros tal como están! 





Regalos para el Maharajá.


Una vez un maharajá, que tenía fama de ser muy sabio, cumplía 100 años. El acontecimiento fue recibido con gran alegría, ya que todos querían mucho al gobernante. En el palacio se organizó una gran fiesta para esa noche y se invitaron a poderosos señores del reino y de otros países.
El día llegó y una montaña de regalos se amontonó en la entrada del salón, donde el maharajá iba a saludar a sus invitados.

Durante la cena, el maharajá pidió a sus sirvientes que separaran los regalos en dos grupos: los que tenían remitente y los que no se sabía quién los había enviado.
A los postres, el rey mandó traer todos los regalos en sus dos montañas. Una de cientos de grandes y costosos regalos y otra más pequeña, de una decena de presentes.
El maharajá comenzó a tomar regalo por regalo de la primera montaña y fue llamando a los que habían enviado los regalos. A cada uno lo hacía subir al trono y le decía:

—Te agradezco tu regalo, te lo devuelvo y estamos como antes –y le devolvía el regalo, no importaba cuál fuera..Cuando terminó con esa pila, se acercó a la otra montaña de regalos y dijo:

—Estos regalos no tienen remitente. A estos sí los voy a aceptar, porque estos no me obligan y a mi edad, no es bueno contraer deudas.

—Cada vez que recibes algo, Demián, puede estar en tu ánimo o en el del otro, transformar este dar en una deuda. Si fuera así, sería mejor no recibir nada.

Pero si eres capaz de dar sin esperar pagos y de recibir sin sentir obligaciones, entonces puedes dar o no, recibir o no, pero nunca más quedarás endeudado. Y lo más importante, nunca más nadie dejará de pagarte lo que te debe, porque nunca más nadie te deberá nada.

¿Quién eres?


Aquel día Sinclair se levantó como siempre a las 7 de la mañana. Como todos los días, arrastró sus pantuflas hasta el baño y después de ducharse se afeitó y se perfumó. Se vistió con ropa bastante a la moda, como era su costumbre y bajó a la entrada a buscar su correspondencia. Allí se encontró con la primera sorpresa del día: ¡No había cartas!


Durante los últimos años su correspondencia había ido en aumento y era una parte importante de su contacto con el mundo. Un poco malhumorado por la noticia de la ausencia de noticias, apuró su habitual desayuno de leche y cereal (como recomendaban los médicos), y salió a la calle.


Todo estaba como siempre: los mismos vehículos de siempre transitaban las mismas calles y producían los mismos sonidos en la ciudad, que se quejaba igual que todos los días. Al cruzar la plaza casi tropezó con el profesor Exer, un viejo conocido con quien solía charlar largas horas sobre inútiles planteos metafísicos. Lo saludó con un gesto, pero el profesor pareció no reconocerlo; lo llamó por su nombre pero ya se había alejado y Sinclair pensó que no había alcanzado a escucharlo.


El día había empezado mal y parecía que empeoraba con las posibilidades de aburrimiento que flotaban en su ánimo.
Decidió volver a casa, a la lectura y la investigación, para esperar las cartas que con seguridad llegarían aumentadas para compensar las no recibidas antes.
Esa noche, el hombre no durmió bien y se despertó muy temprano. Bajó y mientras desayunaba comenzó a espiar por la ventana para esperar la llegada del cartero. Por fin lo vio doblar la esquina, su corazón dio un salto. Sin embargo el cartero pasó frente a su casa sin detenerse. Sinclair salió y llamó al cartero para confirmar que no había cartas para él. El empleado le aseguró que nada había en su bolso para ese domicilio y le confirmó que no había ninguna huelga de correos, ni problemas en la distribución de cartas de la ciudad.
Lejos de tranquilizarlo, esto lo preocupó más todavía.


Algo estaba pasando y él debía averiguarlo. Buscó una chaqueta y se dirigió a casa de su amigo Mario.
Apenas llegó, se hizo anunciar por el mayordomo y esperó en la sala de estar a su amigo, que no tardó en aparecer. El hombre avanzó al encuentro del dueño de casa con los brazos extendidos, pero este se limitó a preguntar:
-Perdón señor, ¿nos conocemos?
El hombre creyó que era una broma y rió forzadamente presionando al otro a servirle una copa. El resultado fue terrible: el dueño de casa llamó al mayordomo y le ordenó echar a la calle al extraño, que ante tal situación se descontroló y comenzó a gritar y a insultar, como avalando la violencia del fornido empleado que lo empujó a la calle….Camino a su casa, se cruzó con otros vecinos que lo ignoraron o actuaron con él como si fuera un extraño.


Una idea se había apoderado del hombre: había una confabulación en su contra, y él había cometido una extraña falta hacia aquella sociedad, dado que ahora lo rechazaba tanto como algunas horas antes lo valoraba. No obstante, por más que pensaba, no podía recordar ningún hecho que pudiera haber sido tomado como ofensa y menos aun, alguno que involucrara a toda una ciudad.


Durante dos días más, se quedó en casa esperando correspondencia que no llegó o la visita de alguno de sus amigos que, extrañado por su ausencia, tocara su puerta para saber de él; pero no hubo caso, nadie se acercó a su casa. La señora de la limpieza faltó sin aviso y el teléfono dejó de funcionar.
Entonado por una copita de más, la quinta noche Sinclair se decidió a ir al bar donde se reunía siempre con sus amigos, para comentar las pavadas cotidianas. Apenas entró, los vio como siempre en la mesa del rincón que solían elegir. El gordo Hans contaba el mismo viejo chiste de siempre y todos lo festejaban como era costumbre.


El hombre acercó una silla y se sentó. De inmediato se hizo un lapidario silencio, que marcaba la indeseabilidad del recién llegado. Sinclair no aguantó más:
-¿Se puede saber qué les pasa a todos conmigo? Si hice algo que les molestó, díganmelo y se terminó, pero no me hagan esto que me vuelve loco…
Los otros se miraron entre sí entre divertidos y fastidiados. Uno de ellos hizo girar su índice sobre su sien, diagnosticando al recién llegado. El hombre volvió a pedir una explicación, luego rogó por ella y por último, cayó al suelo implorando que le explicaran por qué le hacían eso a él.
Sólo uno de ellos quiso dirigirle la palabra:
-Señor: ninguno de nosotros lo conoce, así que nada nos hizo. De hecho, ni siquiera sabemos quién es usted…
Las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos y salió del local, arrastrando su humanidad hasta su casa. Parecía que cada uno de sus pies pesaba una tonelada.
Ya en su cuarto, se tiró en la cama. Sin saber cómo ni por qué, había pasado a ser un desconocido, un ausente. Ya no existía en las agendas de sus corresponsales ni en el recuerdo de sus conocidos y menos aún en el afecto de sus amigos. Como un martilleo aparecía un pensamiento en su mente, la pregunta que otros le hacían y que él mismo se empezaba a hacer: ¿Quién eres?


¿Sabía él realmente contestar esta pregunta? Él sabía su nombre, su domicilio, el talle de su camisa, su número de documento y algunos otros datos que lo definían para los demás; pero fuera de eso: ¿Quién era, verdadera, interna y profundamente? Aquellos gustos y actitudes, aquellas inclinaciones e ideas, ¿eran suyos verdaderamente? ¿o eran como tantas otras cosas: un intento de no defraudar a otros que esperaban que él fuera el que había sido?


Algo empezaba a estar claro: el ser un desconocido lo liberaba de tener que ser de una manera determinada. Fuera él como fuera, nada cambiaría en la respuesta de los demás.
Por primera vez en muchos días, encontró algo que lo tranquilizó: esto lo colocaba en una situación tal, que podía actuar como se le ocurriera sin buscar ya la aprobación del mundo.
Respiró hondo y sintió el aire como si fuera nuevo, entrando en los pulmones. Se dio cuenta de la sangre que fluía por su cuerpo, percibió el latido de su corazón y se sorprendió de que por primera vez NO TEMBLABA.
Ahora que por fin sabía que estaba solo, que siempre lo había estado, ahora que sabía que sólo se tenía a sí mismo, ahora… podía reír o llorar… pero por él y no por otros.


Ahora, por fin, lo sabía: 


SU PROPIA EXISTENCIA NO DEPENDÍA DE OTROS


Había descubierto que le fue necesario estar solo para poder encontrarse consigo mismo…


Se durmió tranquila y profundamente y tuvo hermosos sueños….Despertó a las diez de la mañana, descubriendo que un rayo de sol entraba a esa hora por la ventana e iluminaba su cuarto en forma maravillosa.
Sin bañarse, bajó las escaleras tarareando una canción que nunca había escuchado y encontró debajo de su puerta una enorme cantidad de cartas dirigidas a él.


La señora de la limpieza estaba en la cocina y lo saludó como si nada hubiera sucedido.
Y por la noche en el bar, parecía que nadie había registrado aquella terrible noche de locura.
Por lo menos, nadie se dignó a hacer algún comentario al respecto.
Todo había vuelto a la normalidad…


Salvo él, por suerte, él, que nunca más tendría que rogarle a otro que lo mirara para poder saberse… él, que nunca más tendría que pedirle al afuera que lo definiera… él, que nunca más sentiría miedo al rechazo…
Todo era igual, salvo que ese hombre nunca más se olvidaría de quién era.


-Y este es tu cuento, Demián -siguió el gordo-. Cuando no tienes registro de tu dependencia frente a la mirada de los otros, vives temblando frente al posible abandono de los demás que, como todos, aprendiste a temer.


Y el precio para no temer es acatar, es ser lo que los demás, “que tanto nos quieren”, nos presionan a ser, nos presionan a hacer y nos presionan a pensar.Si tienes “la suerte” del personaje de Papini y el mundo, en algún momento, te da la espalda, no tendrás más remedio que darte cuenta de lo estéril de tu lucha.


Pero si no sucede así, si tienes la “desdicha” de ser aceptado y halagado, entonces… estás abandonado a tu propia conciencia de libertad, estás forzado a decidir: acatamiento o soledad; estás atrapado entre ser lo que debes ser o no ser nada para nadie..Y de allí en más…podrás ser, pero sólo, sólo y sólo para ti.

Las alas son para volar

..Y  cuando se hizo grande, su padre le dijo:

- Hijo mío, no todos nacen con alas. Y si bien es cierto que no tienes obligación de volar, me parece que sería penoso que te limitaras a caminar, teniendo las alas que el buen Dios te ha dado.

- Pero yo no sé volar - contestó el hijo.
- Es verdad... - dijo el padre y caminando lo llevó hasta el borde del abismo en la montaña.

- Ves, hijo, este es el vacío. Cuando quieras volar vas a pararte aquí, vas a tomar aire, vas a saltar al abismo y extendiendo las alas, volarás.
El hijo dudó:
- ¿Y si me caigo?
- Aunque te caigas no morirás, sólo algunos machucones que te harán más fuerte para el siguiente intento - contestó el padre.

El hijo volvió al pueblo, a sus amigos, a sus pares, a sus compañeros con los que había caminado toda su vida. Los más pequeños de mente le dijeron:
- ¿Estás loco? ¿Para qué?  Tu viejo está medio zafado... ¿Qué vas a buscar volando? ¿Por qué no te dejas de pavadas? ¿Quién necesita volar?
Los más amigos le aconsejaron:

- ¿Y si fuera cierto? ¿No será peligroso? ¿Por qué no empiezas despacio? Prueba tirarte desde una escalera o desde la copa de un árbol, pero... ¿desde la cima?
El joven escuchó el consejo de quienes lo querían. Subió a la copa de un árbol y, con coraje, saltó... Desplegó las alas, las agitó en el aire con todas sus fuerzas pero igual se precipitó a tierra...

Con un gran chichón en la frente, se cruzó con su padre:
- ¡Me mentiste! No puedo volar. Probé y ¡mira el golpe que me di! No soy como tú. Mis alas sólo son de adorno.
- Hijo mío - dijo el padre - Para volar, hay que crear el espacio de aire libre necesario para que las alas se desplieguen. Es como para tirarse en un paracaídas, necesitas cierta altura antes de saltar.

Para volar hay que empezar corriendo riesgos.

Si no quieres, quizás lo mejor sea resignarse y seguir caminando para siempre.




Posesividad


No sé muy bien subido a qué historias, entré en un camino angustiante e inútil.
Todo empezó con un ataque de celos con mi novia. Ella había preferido encontrarse con sus amigas del colegio y postergar la salida conmigo, que lo contrario. Desde allí empezaron a desfilar por mi cabeza las situaciones de pérdida y el dolor que esto siempre me causaba.
Yo había hablado en terapia de la importancia de vivir las pérdidas como tales, pero ahora estaba francamente fastidiado.

—No entiendo por qué tengo que compartir mi pareja con sus amigas, ni mis amigos con sus parejas. Lo digo así para escucharme esta estupidez y que me ayudes. Cuando algo es Mío, aunque sea troglodítico como dices tú, siento que tengo derecho de cederlo o NO, y por el tiempo que quiera yo. Por eso es Mío.
Jorge dejó la pava y me contó:

Caminaba distraídamente por la calle cuando la vio.
Era una enorme y hermosa montaña de oro.
El sol le daba de lleno y al rozar su superficie reflejaba tornasoles multicolores, que la hacían parecer un personaje galáctico salido de una película de Spielberg.
Se quedó un rato mirándola como hipnotizado.

—¿Tendrá dueño? –pensó.
Miró para todos lados, pero nadie estaba a la vista.
Al fin, se acercó y la tocó.
Estaba tibia.
Pasando los dedos por su superficie, le pareció que su suavidad era la correspondencia táctil perfecta de su luminosidad y de su belleza.

—La quiero para mí –pensó..Muy suavemente la levantó y comenzó a caminar con ella en brazos, hacia las afueras de la ciudad.
Fascinado, entró lentamente en el bosque y se dirigió al claro.
Allí, bajo el sol de la tarde, la colocó con cuidado en el pasto y se sentó a contemplarla.

—Es la primera vez que tengo algo valioso que es mío.
¡Sólo mío! –pensaron los dos simultáneamente.

—Cuando poseemos algo y nos esclavizamos en dependencia de ese algo, quién tiene a quién, Demi...

¿Quién tiene a quién?.

Libre.

Libre, libre, libre... Como para seguir permitiendo bajar al corazón al vientre durante algunos instantes; como para sentirte realmente feliz por ver la felicidad en otras personas, en mis personas; como para poder permitirme el pensamiento de un niño con lluvias, puentes, frió de invierno, y noches.

Este verano prácticamente ha llegado a su fin, y como cada año, como cada etapa a la que echo un vistazo atrás, digo que ha sido un buen verano; y me resulta gracioso que cada vez que recuerdo un temporada me sienta realmente bien, y no creo que sea por eso de.. "lo malo se olvida", pero si es cierto que soy fan de "de todo se aprende" y me gusta, me gusta mucho el decir.... eh! esto yo antes no sabia que era así, y lo "malo" en realidad no es tan malo. A esas cosas "no tan malas" hay que sumarle todas esas tardes de verano, MUY buenas tardes de verano, con MUY buenas personitas, que siempre es agradable tener, para aprender, para reír , para discutir... para cualquier cosa!

Ahora demos paso al amor de otoño...


[EL ELEFANTE ENCADENADO]


[Cuando yo era pequeño me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales. Me llamaba especialmente la atención el elefante que, como más tarde supe, era también el animal preferido por otros niños. Durante la función, la enorme bestia hacía gala de un peso, un tamaño y una fuerza descomunales… Pero después de su actuación y hasta poco antes de volver al escenario, el elefante siempre permanecía atado a una pequeña estaca clavada en el suelo con una cadena que aprisionaba una de sus patas.
Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en el suelo. Y, aunque la cadena era gruesa y poderosa, me parecía obvio que un animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su fuerza, podría liberarse con facilidad de la estaca y huir.
El misterio sigue pareciéndome evidente: ¿Qué lo sujeta entonces?, ¿por qué no huye?.
Cuando tenía cinco o seis años, yo todavía confiaba en la sabiduría de los mayores. Pregunté entonces a un maestro, un padre o un tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado. Hice entonces la pregunta obvia: “Si está amaestrado, ¿por qué lo encadenan?”.

No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente. Con el tiempo olvidé el misterio del elefante y la estaca, y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho esa pregunta alguna vez.
Hace algunos años descubrí que, por suerte para mí, alguien había sido lo suficientemente sabio como para encontrar la respuesta:
El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy, muy pequeño.

     Cerré los ojos e imaginé al indefenso elefante recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que, en aquel momento, el elefantito empujo, tiró y sudó tratando de soltarse. Y, a pesar de sus esfuerzos, no lo consiguió, porque aquella estaca era demasiado dura para él.

Imaginé que se dormía agotado y que al día siguiente lo volvía a intentar, y al otro día, y al otro… Hasta que un día, un día terrible para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino.
Ese elefante enorme y poderoso que vemos en el circo no escapa porque, pobre, cree que no puede. Tiene grabado el recuerdo de la impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese recuerdo. Jamás, jamás intentó volver a poner a prueba su fuerza.
                             ——————————
      Todos somos un poco como el elefante del circo: vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad. Vivimos pensando que no podemos hacer montones de cosas, simplemente porque una vez, hace tiempo, cuando éramos pequeños, lo intentamos y no lo conseguimos.
Hicimos entonces lo mismo que el elefante, y grabamos en nuestra memoria este mensaje: No puedo, no puedo y nunca podré. Hemos crecido llevando ese mensaje que nos impusimos a nosotros mismos y por eso nunca más volvimos a intentar liberarnos de la estaca.
Cuando a veces sentimos los grilletes y hacemos sonar las cadenas, miramos de reojo la estaca y pensamos:

NO PUEDO Y NUNCA PODRÉ

 Nuestra única manera de saber si podemos conseguirlo es intentarlo de nuevo poniendo en ello todo nuestro corazón… ¡Todo tu corazón!]

Sólo una cosa es más dolorosa que aprender de la experiencia, y es, no aprender de la experiencia.


amor.
(Del lat. amor, -ōris).

1. m. Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser. (R.A.E.)


Para muchos, pura atracción física y social, y eso se acaba, o en cierta parte permanece para siempre; permanece cuando se juega a comprender a la otra persona, cuando se juega a romper las barreras, es un juego realmente bonito, lo tiene todo! Es difícil, por lo que tienes que esforzarte, requiere tiempo, dedicación, para algunas situaciones; también tiene esa rabia al tiempo de no saber como romper una barrera, y no tiene ninguna salida fácil, porque si lees o preguntas por ahí te dirán que la salida fácil es, salir, pero una vez que has entrado, esa es una de las mas complicadas, te lo aseguro; Puede darte todo el calor que necesitas, puede convertir tus vacaciones en increíbles, sin salir de la cuidad. Siempre es agradable tenerle cerca...


Agradable.

Agrada, mucho, tener a personas cerca, personas de verdad. Salir una tarde y poder compartir algún momento con ellas es una de las mejores cosas, me llena muchísimo poder compartir mi tiempo con ellas...

Personas, personas, personas... Hay tantas, mundos enormemente grandes, que hacen de este mi mundo, un mondo mejor, mas feliz, mas contento, mas agradable...

Fall down

Me derrumbo, constantemente, sin saber por que, mientras me agarro a finas cuerdas. Ultimo sprint de verano, y en realidad tengo ganas en cierta parte, de cambiar un poquillo, por que hay cosas algo extrañas o desconocidas, que no me caen muy bien, si, es algo, muy extraño, reacciones dentro de mi cabeza que nunca había tenido. Me entristezco por al monotonía, me alegro por tener un par de canciones nuevas en los cascos... Creo que aun me quedan muchas noches locas con esta compañera mía llamada montaña rusa...


[Yo pienso que la soledad es uno de los grandes dragones que nos atormentan a todas las personas, en esa huida hacia adelante, se cultivan relaciones infelices o se vive encerrado para evitar a los demás.
Vez de luchar contra este dragón seria mejor tenerlo como aliado, aprovechar esos momentos de buscada soledad para restablecer el rumbo perdido, sin olvidar que para vivir con otro es necesario aprender a vivir solo, así la compañía es gratificante y no forzada por la soledad.
Cierta persona que conozco, el que me dijera que “no me importa los demás…”, ” yo soy así”, que no necesita expresar lo que siente, no me convence, ¿acaso crees que los que te rodean no te quieren?, ¿no crees que con tú actitud tienes miedo a la vida?; Demasiadas preguntas que respondía con evasivas, ningún ser humano es una isla, no se porque te empeñas en aislarte, y me canso de tenderte puentes mientras sigues construyendo muros.]


Está escrito sobre diamante.

Se ama a lo que le dedicamos uno de nuestro bienes mas preciados, nuestro tiempo. Te puede gustar una persona, por miles de razones "tontas", te puede gustar un deporte o incluso un lugar, entonces aparece esa.. "intriga" de... a ver que pasa si le dedico algo de mi tiempo, si te sigue gustando, el señor afecto aparece y con su amigo el tiempo, hacen de todo eso, algo grande, fuerte, sólido, lo bastante para aguantar todo tus... caprichos, bajones o todas esas tonterías, y el los momentos de felicidad, la bomba puede causar muchas risas bonitas.

¿A que le dedico mi tiempo? ¿ a quién, y por qué? ¿que pasa si le dedico tiempo a algo que, me resulta, demasiado efímero? 


Rain.

Bonita, como ella misma, cálida, fría... en cualquier momento, me tranquiliza, y me agrada. Frías noche de invierno, que incitan a buscar calor por la ciudad, unos brazos que se entrelacen con tu cintura, y algunos besos para apaciguar al alma.

Perderse en la oscuridad, en cualquier rincón, ajenos a los coches y el ruido, y entre caricias y miradas, dejar que las almas de liberen...

Hablando con uno mismo.

+ Sabes que esto no nos conviene a ninguno de los dos... Estamos perdidos, como vagando por el desierto, necesitamos algo o alguien a quien ceñirnos.
- ¿vas a estar siempre así de preocupado? Te preocupas demasiado, vive lo que pasa y ya está...
+ Tenemos que convivir juntos, te guste o no, y creo que lo mejor es hablar para un intercambio de ideas, y poder convivir en armonía, pero tu eso no lo comprendes, eres un cuerpo inerte...
- eh, EH! yo estoy contigo, veo las cosas que tu ves, vivo las cosas que tu vives, y aquí es uno de los mejores lugares para aplicar la ley de la jungla...
+Entiendo... pero sabes que esto no va con nosotros, y mucho menos conmigo, puedo transformarme, o desaparecer incluso, quien sabe, aun estamos a tiempo de salvarlo todo. Muchas veces he pensado en eso de... "olvidarse del ruido y centrarte en lo que siempre has querido", tiene buena pinta...
- Tiempo al tiempo. ¿Te has dado cuenta? estamos tan perdidos que ni siquiera sabes que tipo de etapa es "todo esto"...
+ ¿Sabes? Creo que somos demasiado enormes para quedarnos en tan poco...

Desnudandome...

Si esto es la guerra, lo único que se podrá sacar de aquí es, quien es el mas fuerte, pero no el más inteligente; la cumbre de la estupidez... Si no fijamos un final, el final nos fija a nosotros, y nos juzga a su voluntad.

Una vez más, te das cuenta de lo que hay, de lo que en realidad hay. Te da miedo de mirar hacia tu derecha, porque hay una capa bastante gruesa de apariencia, que te da pena porque lo que se hace con esfuerzo se le coge cariño, pero está ahí y ya esta... Después, como pasa siempre están esas... situaciones, en las que como siempre también intervienen otras personas... La rabia que da abandonar algo a lo que le has dedicado tiempo, que en teoría después de dedicar tu tiempo a compartirlo con lo demás lo segundo mejor que puedes hacer es dedicarse a construir algo, pero si tienes que abandonar, lo único bueno que podrías sacar de ahí es... aprender; y la razón del abandono? Pues debe ser jodidamente enorme para algo tan grande, pero en realidad es que, solo piensas en que se lo lleve el tiempo, el tiempo, ese grandioso mago....

Y la verdad es que a veces, se pasea por la cabeza, ese tipo de improbabilidades, el pillar y decir que estas haciendo, que estamos haciendo? Ve ahí, preséntate delante de ese chico, o de esa chica y dile que tire de cabeza a tu vida y que...

Y que no, la vida seria terriblemente interesantes, incluso esas conclusiones sacadas por nosotros mismos sin apoyarnos en nada, son mucho mas interesantes que todo...

17 de julio de 2011

No, no es una fecha a recordar ni nada, solo que a día de hoy, estoy realmente feliz, sí, esta siendo un verano bastante bueno, pero no lleno del todo. De esas veces que pasa que... alguien decide sacar conclusiones absurdas, o incluso injustas, y eso a veces no pasa nada, pero cuando es alguien que esta cerca... si pasa, pasa que... por tu mente pasan muchas cosas, ideas, dudas, y porques... Ideas de hacer cosas, de decir cosas... pero, no creo que fuese a funcionar de algo, que piensas.. por intentarlo no pierdes nada, de echo hay un pulso dentro de ti que te da ganas a hacerlo, pero las marcas demuestran que tus palabras serán... vanales palabras... Y esto no es un juego de peques donde el orgullo es lo que cuenta, aquí lo que cuenta, o lo que contaba, solo eran los valores...



Bonitas tardes de verano!

Bueno los veranos son aburridos, tus amigos se van de vacaciones y.... Son de lo mejor! y por lo que veo, este es muy grande, cualquier tarde es buena, De piscinas, de cartas, de monopoly jajajaja, quedar con alguna buena amiga, o un buen amigo..., no se si es porque es verano, porque tengo a los mejores a mi alrededor, o porqué, pero algo es seguro, me gusta mucho, y espero disfrutar de el como lo estoy haciendo :)

happiness!

Es una de esas personas que le gustan jugar al escondite, que para verla... uff, pero luego la espera merece la pena, eso de sentirla, abrazarla, verle sonreír, burlarte de ella, pero siempre con cariño, pero, para hacer todo esto, antes has de pasar duras pruebas, laaaaargos días de espera, y luego, cuando llega, no es lo típico de que cuando estas con alguien a gusto el tiempo se pasa volando, sino que... no hay tiempo, estas bien, a gusto, haciendo el tonto; pero a este chico no le parece justo ver a una personita tan buena de tanto en tanto, y se pone tristón :(

Pero lo mejor es poder disfrutar de estas buenas amistades, compartir momentos, momentos muy buenos, buenas tardes de verano... :)

Memories.

Buenos recuerdos... Son los mejores, aunque pasen en momentos en los que toca echar de menos a alguien, pero, por suerte, siempre se quedarán los mas bonitos, y aunque algunas personas odien que ciertos momentos se les vengan a la cabeza, ciertos momentos que por alguna situación ya no se podrán volver a repetir, yo no los odio, para nada, ni lo mas mínimo, en cierta parte "me llena" recordar...

"Porque estar de bajón es humano..." Grande Chojin jaja, si, tiene razón, y yo hay épocas en la que... puff eso puede suceder cada hora, sin motivo alguno, y por alguna razón desconocida, ahora estoy, en la mayoría de las formas, sin miedo, feliz, pero mañana podemos ir abajo; y es que, en esta vida humana, yo le daría mi todo a las personas. Hace ya algún tiempo que perdí a una persona, la cual parecía bastante interesante. El caso es que creo que la gran mayoría de las cosas, de las alegrías, decepciones aunque luego se aprende, lo mejor esta al fin y al cabo en las diferentes personas que te rodean. Siempre será una gran alegría contar con alguien más con la que compartir tu vida, pero piensa en el otro extremo... ¿por qué dejar marchar a las demás? Está claro que ya no estamos en la edad de niño, aquí no nos enfadamos y nos dedicamos a no hablarnos, no; mi criterio puede ser algo sencillo, pero bueno, creo que es compartido con más, y basta con ser feliz, eso es la gran mayoría, pero hay a veces que no, que se acabó porque si... Porque piensas que poca felicidad puede aportar ahí....

[Y uno aprende...]

[Después de un tiempo
uno aprende la sutil diferencia
entre sostener una mano y encadenar un alma
y uno aprende que el amor no significa acostarse
y una compañía no significa seguridad
y uno empieza a aprender…

Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas
y uno empieza a aceptar sus derrotas
con la cabeza alta y los ojos abiertos
y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy
porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes…
y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.

Y después de un tiempo
uno aprende que si es demasiado, hasta el calor del sol quema.

Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma
en lugar de esperar a que alguien le traiga flores.

Y uno aprende que realmente puede aguantar
que uno realmente es fuerte
que uno realmente vale
y uno aprende y aprende…
y con cada día uno aprende.
Con el tiempo aprendes
que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro
significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado.

Con el tiempo comprendes
que sólo quien es capaz de amarte con tus defectos
sin pretender cambiarte,
puede brindarte toda la felicidad que deseas.

Con el tiempo te das cuenta de que
si estás al lado de esa persona sólo por acompañar tu soledad
irremediablemente acabarás no deseando volver a verla.

Con el tiempo entiendes
que los verdaderos amigos son contados
y que el que no lucha por ellos
tarde o temprano se verá rodeado sólo de amistades falsas.

Con el tiempo aprendes
que las palabras dichas en un momento de ira
pueden seguir lastimando a quien heriste durante toda la vida.

Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace
pero perdonar es sólo de almas grandes.

Con el tiempo comprendes
que si has herido a un amigo duramente
muy probablemente la amistad jamás volverá a ser igual.

Con el tiempo te das cuenta que
aunque seas feliz con tus amigos
algún día llorarás por aquellos que dejaste ir.

Con el tiempo te das cuenta
de que cada experiencia vivida con cada persona es irrepetible.

Con el tiempo te das cuenta
de que el que humilla o desprecia a un ser humano
tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones
o desprecios multiplicados al cuadrado.

Con el tiempo comprendes que
apresurar las cosas o forzarlas a que pasen
ocasionará que al final no sean como esperabas.

Con el tiempo te das cuenta de que en realidad
lo mejor no era el futuro
sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante (…)
Pero desafortunadamente, sólo con el tiempo…]