Otoño.

Comienza la universidad, y parece que todo se calma. Todo va bien a priori; estudiar, baloncesto, un buen rollo en clase que ni me lo imaginaba... Pero me siento un poco perdido, y no puedo buscarme ya que no se si es debido a algo que perdí, a algo que un no tengo, algo que cambié o algo que no soy capaz de conseguir. O quizás seas mis ansias de que todo nunca es suficiente...

Pero como digo, no hay porque arrepentirse de lo que hacemos, en concreto de los fallos; si, son fuertes y las cosas serian diferentes si no los hubiéramos cometido, pero, no hay mejor profesor que el error. Por muy duros que sean son necesarios. Y si estamos donde estamos son por ellos. En  cierta manera, tenemos a quien tenemos por los fallos que hemos cometido. Y quizás tengamos a unas maravillosas personas por los fallos que hemos tenido, porque para llegar arriba primero hay que caer.

Siento decir esto, pero aún no me conformo...

No hay motivo.

Estar inmensamente feliz o triste por cualquier tontería, creo, que debería tomarlo como una característica mía ya a estas alturas.

Como dijo aquella tinta inmersa en la piel... nunca es un fallo, es una lección. Nos equivocamos, y lo necesitamos para poder ser mejores. Perdemos cosas, valores incluso, personas por desgracia... que nos hacen pensar y sentir. Que no hay motivo tan fuerte, ni orgullo tan duradero (espero) como para permitir no hablar con alguien, no apoyarle, no decirle "eh! todo va a salir bien!" y no es que esté siempre tristón, simplemente, sé que hay personitas muy buenas, y espero que todo salga bien; porque hay motivos para echar de menos a todas esas personas que un día compartieron sonrisas y tonterías.

S.R.

No lo entiendo.

Que alguien me explique porqué teniendo una miga, teniendo una buenísima y mejor amiga no puedo ni compartir las mitad de las cosas con ella. Nada mejor que tener a alguien a quien llamar, para charlar, para reír, para abrazar, para llorar... que alguien me explique también porque tengo vetado todas esas cosas.

Miles de momentos que no son recuerdos, porque son hojas que se cayeron para alimentar al árbol, para hacerlo fuerte y robusto. Y me alegro muchísimo de que este árbol este aquí hoy en día, y tenga unas enormes y fuertes raíces, pero el árbol tiene que ser, o al menos debería ser, alimentado continuamente, con cualquier tipo de momentos, buenos, malos y todo tipo de tardes tontas...

Tristeza por lo que pueda pasar, y por lo que está pasando. Rabia, al no poder (Deber)  hacer nada.

Dice que eres fuerte, y no lo niego, pero si es así, todo esto es lo que quieres.

Por favor no dejes que las hojas de este árbol pasen a ser recuerdos. Alguien que te quiere tiene derecho a no apoyarte cuando piense que lo que piensas no es lo conveniente.

Entiende que te eche de menos.

Querer y no deber.

Hay situaciones en las que querer y deber no son lo mismo. Tu puedes querer algo, quieres querer, pero sabes que no debes. Y quizás me estoy equivocando, quizás me equivoque pero de ser así prefiero darme yo de bruces con mi fallo, y aprender para la próxima vez de todo, a que venga alguien y me diga "no, mira tienes que hacer eso porque sino lo harás mal".

Siempre me he alegrado, en cierto modo, porque nunca he tenido odio hacia nadie; eso de personas que van y personas que vienen, o que regresan, nos ha pasado a todos; pero hay a veces que veo a  personas que cuando alguien se va de su vida, le desean lo peor, y eso no es así. Las personas que se han marchado por alguna estúpida razón, para mi no hay mayor alegría que el verlas bien, felices y que las cosas le salgan bien. Esas personas un día formaron parte de tu vida y creo que no hay mayor felicidad que el sabes que están bien.

Esto es un mundo de locos, la gente dice una cosa pensando lo contrario; pero no odien, por favor no odien.

En todos los lugares hay gente buena, y gente mala, eso lo tengo más que claro; pero tengo que tener un problema o una suerte, porque nunca me he cruzado con la gente mala, nunca he conocido a alguien malo. Y si  tuviese que nombrar a ese alguien, seria a mi mismo.